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viernes, 21 de marzo de 2014

ya es primavera

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El equinoccio de primavera

El equinoccio de primavera da inicio esta tarde a la nueva estación Este siglo, el equinoccio puede darse en tres fechas distintas: entre el 19 y el 21 de marzo Su inicio más tempranero será el del año 2096 y el inicio más tardío fue el de 2003 Las variaciones se deben a la forma en que encaja la secuencia de años según el calendario (unos bisiestos) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol La primavera astronómica comienza este jueves a las 17.57 horas y terminará 92 días y 18 horas después, el 21 de junio, cuando empezará el verano, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional del Ministerio de Fomento. Así, según el observatorio, del Instituto Geográfico Nacional, esta primavera se producirán dos eclipses, uno total de Luna (15 de abril) y dos semanas después uno anular de Sol (29 de abril), el primero de ellos será visible en España. Además, Marte será visible y muy brillante durante toda la noche de la primera parte de la primavera y empezará a ser visible sólo en el cielo vespertino a partir de mediados de abril. Mientras tanto, Saturno pasará de ser visible al final de la noche durante la primera parte de la primavera a verse toda la noche en el mes de mayo y terminará el final de la estación siendo visible en el cielo vespertino, produciéndose su máximo acercamiento anual a la Tierra en torno al 10 de mayo. La inclinación de sus anillos será "bastante favorable" para su observación. Durante toda la primavera Júpiter brillará al principio de la noche (lucero vespertino) y Venus al final de la noche (lucero del alba). Aunque difícil de predecir, la actividad magnética solar durante esta primavera será probablemente alta, dado que el máximo solar está previsto para abril de 2014. Además, el 30 de marzo se cambiará la hora y comenzará el horario de verano. El Instituto Geográfico Nacional explica que, según convenio, el inicio de las estaciones se produce en aquellos instantes en que la Tierra se encuentra en determinadas posiciones de su órbita alrededor del Sol. En el caso de la primavera, esta posición es aquella en que el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el norte. Cuando esto sucede, la duración del día y la noche prácticamente coinciden, y por eso, a esta circunstancia se la llama también equinoccio de primavera. En este instante en el hemisferio sur se inicia el otoño. De este modo, el equinoccio de primavera puede darse, a lo sumo, en tres fechas distintas a lo largo del siglo XXI, pudiendo iniciarse en los días 19 al 21 de marzo (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el inicio más tardío el de 2003. Las variaciones de un año a otro se deben a la forma en que encaja la secuencia de años según el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (duración conocida como año trópico). Días más largos La primavera es la época del año en que la longitud del día se alarga más rápidamente. A latitudes de la Península, el Sol sale por las mañanas antes que el día anterior y se pone después por la tarde. Como consecuencia, al inicio de la primavera el tiempo en que el Sol está por encima del horizonte aumenta casi tres minutos cada día a la latitud de la península. Jesús Diges EFE En cuanto a la actividad del Sol, en su superficie hay manchas, fulguraciones y protuberancias y en la Tierra se aprecia en alteraciones en la propagación de las ondas de radio y en una mayor presencia de auroras polares. Esta actividad sigue un periodo de aproximadamente 11 años, y está asociada al ciclo magnético del Sol. La etapa actual es el ciclo solar número 24, que comenzó en diciembre de 2008 y se espera que llegue a su máximo en abril de 2014. Según las estimaciones realizadas por NOAA y Space Weather Prediction Center, durante la primavera el número de manchas solares alcanzará valores entre 71 y 94. En cuanto a los eclipses, esta primavera se esperan dos; uno de luna y uno de sol. Así, un eclipse total de luna será visible el 15 de abril en Australia, océano Pacífico y América, alcanzará su máximo a las 09.46 horas en la Península. Este eclipse será visible en España, en Península y Baleares como penumbral y en Canarias como parcial. Dos semanas más tarde, el 29 de abril, un eclipse anular de Sol será visible en Oceanía, el océano Pacífico sur y la Antártida, pero no en España. La primera luna llena de la primavera llegará el 15 de abril, coincidiendo con martes santo, cinco días antes del Domingo de Pascua. En esta primavera habrá otras dos lunas llenas, el 14 de mayo y el 13 de junio. En esta estación, sin necesidad de telescopio se podrán observar lluvias de meteoros ocasionales siendo la más importante la de Eta Acuáridas, cuyo máximo se produce entorno al 5 de mayo. En cuanto a las agrupaciones ficticias de estrellas conocidas como constelaciones, alrededor de la estrella Polar se verán a lo largo de la noche la Osa Menor, el Dragón, Cefeo y el León (Leo). Con grandes prismáticos o pequeños telescopios con filtro lunar se podrá observar el relieve de la Luna. Para lograr una buena visión, el Observatorio Astronómico apunta que conviene observar noche tras noche mientras va creciendo la iluminación de la Luna, para ver aparecer nuevos accidentes orográficos. Concretamente, cuando la noche es más oscura por haber luna nueva, se puede intentar ver nebulosas de emisión como el complejo de nebulosas de Orión (Messier 42 y 43), el grupo de las estrellas Pléyades y el resto de supernova conocido como la nebulosa del Cangrejo (Messier 1). Con prismáticos también se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter y se puede hacer un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea. Otra circunstancia de la primavera es el cambio de hora, que se produce el último domingo de marzo, cuando a las 02.00 horas se adelantará una hora el reloj y pasarán a ser las 03.00 horas, con lo que ese día tendrá una hora menos.

jueves, 20 de marzo de 2014

Leyendas de China

La historia de la bella primavera Esta historia sucedió en Pekín. Había en la capital una prostituta joven y hermosa llamada Yu Tang Chun, quien conoció por casualidad al hijo de un ministro de la corte. Se enamoraron profundamente entregándose a un idilio en medio de un ambiente adverso. Al joven no le importaba la indecencia de la profesión de su amada y juró no separarse nunca de ella. Sin embargo, como la muchacha trabajaba para la dueña del prostíbulo, el joven tenía que pagarle todos los días para tener el derecho a la exclusividad de la doncella. Había traído decenas de miles de monedas de plata para estudiar en la capital, pero en menos de un año gastó todo el dinero en el prostíbulo y el día que no pudo seguir pagando a la dueña lo echaron de la casa a patadas. Triste y solitario, el empobrecido hijo del ministro imperial tuvo que mendigar para no morir de hambre. La joven se sumergió en una inmensa aflicción, que se acentuaba al recordar la felicidad de los días que había pasado al lado de su enamorado. Las lágrimas se le desprendían como perlas transparentes y le mortificaba pensar en la penuria que acosaba a su amado. Un día, al enterarse por casualidad del paradero de su amado, se sintió invadida por una alegría indescriptible. Cogió todo el dinero que había ganado y se lo entregó a un mensajero junto con un cofre de joyas, para sacarle del apuro y ayudarle a realizar sus estudios interrumpidos. Antes de marcharse, el joven vino a despedirse de su amada y le reiteró su amor incondicional. La hermosa joven le dijo que le esperaría hasta que volviera con los estudios realizados. Se separaron con el corazón dolorido y las caras bañadas en lágrimas. A partir de ese día, Primavera, que así se llamaba la joven, se encerró y nunca volvió a salir. Se negaba a trabajar para complacer a los hombres. Pasaba los largos días y noches sumergida en un profundo dolor. Echaba de menos a su entrañable amado, mientras que soportaba impasiblemente la soledad, la añoranza y los recuerdos idílicos de la convivencia. Perdió el apetito adelgazaba por el dolor y la desnutrición. La dueña del prostíbulo se puso furiosa al ver que ella no recibía a los hombres. Para vengarse de su inactividad, la vendió a un rico comerciante de la provincia de Shan Xi como concubina. Resultó que la mujer de ese mercader adinerado mantenía relaciones extramatrimoniales con un adúltero desde hacía bastante tiempo. Y para mantener sus relaciones ilícitas en secreto mató a su marido. Pero se lo inculpó a Primavera con una falsa acusación, sobornando además a los jueces para que la condenaran a muerte. Los funcionarios de la justicia detuvieron enseguida a Primavera, a la que sometieron a cruel tortura con el fin de obligarla a confesar el delito de homicidio. La muchacha no pudo soportar el martirio de los látigos y asumió la calumnia como un hecho real, por lo que fue condenada a muerte. Días antes de la ejecución, llegó un inspector de la justicia enviado por el emperador, que era precisamente el novio de la condenada. Sucedió que tras separarse de su amada, se dedicó íntegramente al estudio durante varios años. Al final se presentó a los exámenes imperiales y ganó un lugar prominente, lo que le valió ser nombrado inspector de justicia. Al leer los expedientes, se sorprendió enormemente al encontrar el nombre de su novia condenada a muerte. Se quitó el uniforme oficial y se disfrazó de un ciudadano común y empezó a investigar el extraño caso. Al cabo de dos días pudo aclarar todos los detalles de la calumnia. Convocó una nueva sesión para aclarar el caso. Estaba seguro de que podría revocar el falso veredicto y salvar a su amada. Sin embargo, cuando vio a su entrañable amada, se emocionó tanto que perdió la serenidad y el control de sí mismo. Ante el inminente fracaso de los esfuerzos por absolver a su amada, los dos ayudantes del inspector controlaron, afortunadamente, la situación adversa y declararon inocente a la hermosa muchacha. Tras el juicio, los novios se encontraron con gran emoción fundiéndose en lágrimas de alegría y felicidad.